Acerca de Policía,...en Naciones Unidas

El presente libro tiene el propósito fundamental de profundizar conocimientos sobre la Policía, principalmente respecto a su génesis, objetivos y métodos.

Es evidente que el pasado y presente de la Agencia, se encuentran atados a un Modelo Policial Hegemónico, sustentado por el Estado, que paradójicamente le impiden su actuación plena en los niveles pertinentes de la prevención, circunstancia determinante para asumir un fracaso de causales conocidas, pero rotulado de inexplicable.

Conflictos con la comunidad a la que pertenece y sirve; inadecuada estructura institucional; disfuncionamiento; precaria capacitación profesional; casos de corrupción; influencia política; falta de recursos financieros para atender debidamente a los funcionarios policiales en sus necesidades y decoro personales como de los sistemas y medios logísticos para cumplir acabadamente su misión específica; pérdida de identidad y reducción de su desempeño al cumplimiento de tareas exclusivamente operativas y otras supletorias que no son de su incumbencia y muchas de las cuales en franco enfrentamiento social y sin éxito justificable son, entre otros no menos relevantes, los presupuestos actuales y común denominador, a nivel mundial de la Agencia Policial.

Por otra parte, se debe poner de manifiesto la encomiable labor llevada a cabo por los funcionarios policiales como de la importantísima y necesaria institución a la cual pertenecen en el espectro jurídico/administrativo de cada país, no sólo por ser depositaria de las facultades de policía del Estado, sino por su rol preponderantemente comunitario y que asegura el fortalecimiento del orden constitucional, el desarrollo de la libertad y el imperio de la ley.

Empero, los responsables de fijar los lineamientos políticos y técnicos que hacen a su desempeño, parecieran denotar un marcado confundimiento o desconocimiento de la materia, toda vez que se evidencia un divorcio entre las actuales legislaciones policiales y el espíritu de la comunidad que exige de su policía una respuesta acorde que no siempre recibe.

En este sentido, para su futuro institucional, convendría en principio generar espacios de reflexión que nos permita reconocer y comprender cómo es y cómo debería ser todo cuerpo policial, en el marco de los alcances y características de la exigencia comunitaria. De esta manera, quedaría debidamente definido su rol y todo cuanto se espera de ella, especialmente frente a la inseguridad ciudadana.

Surge entonces, la necesidad urgente de reformular los regímenes policiales, principiando con una Ley marco que redefina en función de un correcto rescate por parte del legislador del espíritu comunitario, permitiéndole fijar una metodología distinta al modelo hegemónico tradicional a la vez que fortalecer sus relaciones con la mandante. Esta norma, determinará también los controles de gestión convenientes para evitar su mal empleo, coyuntural o permanente, en tareas que no le son propias o estén normadas por otros instrumentos como en situaciones inequívocamente delictivas, de cuestionable constitucionalidad, muchas de ellas so pretexto de combatir el delito.

La Policía es un Agente de Control Social, importante y necesario que deberá llevar a cabo su tarea fundamental de prevención del delito y protector de la vida comunitaria mediante una acción sistemática intercolegiada y multisectorial.

El material que compone el presente, responde al tratamiento brindado al tema policial para y en el Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente.

Para ello se procedió a una distribución por módulos y unidades temáticas, en cuyos contenidos, figuran los informes elaborados por el suscripto para la Reunión Preparatoria Regional llevada a cabo durante marzo de l994 en Costa Rica y el Noveno Congreso celebrado en El Cairo (Egipto) en abril/mayo de 1995, oportunidades en que concurriera como observador-experto. Así, también, las partes pertinentes de los debates y resoluciones más relevantes y atractivas recaídas sobre la materia en tales encuentros y demás Reuniones Preparatorias Regionales.

De corolario, mis palabras siguen dos caminos interrelacionados. El primero, es para exhortar a la comunidad a fortalecer su presencia haciendo valer y exigiendo el respeto y pleno ejercicio de su derecho natural y jurídico a vivir en seguridad y, por ende, a ser protegida idóneamente por una Fuerza Policial definida en función de tales intereses. El segundo camino es para homenajear a los policías; aquellos que todos los días salen de sus hogares, llevan a cabo sus tareas correctamente y duermen tranquilos porque han cumplido con su deber. A esos funcionarios muchas veces ocultados, postergados u olvidados por la institucionalización que, aún en circunstancias funcionales y personales desfavorables, sostienen con humildad y denodado entusiasmo los valores y tradiciones de los pueblos. Verdaderas personas situadas que, además de su labor vinculada al sistema de justicia, desarrollan actividades y muy bien en el espectro social por saber perfectamente quiénes son y que pertenecen a una auténtica y natural agencia comunitaria, circunstancia que es deber apoyar, fortalecer y proyectar.

Septiembre en La Plata del año del Señor de 1996.

Raúl Marcelo Cheves

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