MARGA en mi vida

 

Ingenua pero nada tonta, dulce, amable y gentil, alegre y vivaz, sonriente y muy bien proporcionada, de mediana estatura y linda figura. Inteligente, bien hablada, desenvuelta y dominante del inglés, se sentía a su lado la cualidad y calidad de toda buena persona. Así me enamoré desesperadamente de MARGA, con un sentimiento exclusivamente mío, que no quise compartirlo con ella y por el cual sufrí por mucho tiempo.

Aún la recuerdo.

Nos conocimos en abril de 1972 en el aula "Numa Tapia" de la Facultad de Ingeniería de la ciudad de La Plata. Cursamos juntos "Algebra y cálculo numérico". Conversamos, tomamos varios y largos cafés, caminamos con amigos, nos sentábamos juntos y hasta viajábamos en tren, si,… el tren Roca de las 15:01 a Berazategui.

Aún la recuerdo.

Cuando alguien ha vivido lo que yo viví, sus avatares sentimentales, como las características y alcances de sus relaciones interpersonales, las buenas personas lo acompañan siempre en lo más intimo de su ser, forman parte de su corazón. Y MARGA es parte de mi corazón y siento felicidad porque así sea.

Pero ella tenía un destino fatalista, para mí por supuesto, estaba comprometida para casarse y eso era inevitable.

Aún así, viví feliz los meses en que fuimos compañeros pero la falta de futuro, la impotencia de no poder luchar contra algo tan determinante, me llevó a hacer la peor de las tonterías, generar un distanciamiento, una especie de ruptura que no pude tolerar y caí en un abismo.

Aún la recuerdo.

Fui un tonto, debí haberme jugado hasta el final, pues hubiera preferido un abismo sabiéndome rechazado, al que definitivamente padecí con la duda de haber podido lograr un desenlace diferente.

Porque entre los dos había "química", una "onda" muy especial que hubiera merecido algo más que mi conducta estúpida. Era un entusiasmo cada encuentro, cada clase que compartíamos y hasta los fanáticos de la numerología hubieran signado un destino común. Pero lamentablemente no creció más allá de eso.

Las canciones "Detrás del vidrio" o "Y ahora es el preciso instante" de Vox Dei; "Cuidado con la oscuridad" o "Guitarra vas a llorar" de George Harrison sonaban en mi cabeza en esos tiempos, representándome a MARGA en mi vida. Pero la letra más profunda fue la de "Los paraguas de Cherburgo", que pegaba y lo hacía fuerte. Aún hoy, al escucharlos, viene a mi esa dulce sonrisa que me sedujo tiernamente acompañando un pasado tan lejano que cuesta creer haberlo vivido.

Aún la recuerdo.

En marzo de 1973 me separé de MARGA. Tengo presente el lugar y nuestra conversación. Me habló de su casamiento pero yo no podía hablarle de mi pesar. Para qué amargarnos, confesándole que estaba loco por ella, que la quería muchísimo y que mí silencio o distracción, era el refugio espiritual de saberla con otro.

Aún la recuerdo.

Los años pasaron y en 1982, sucedió algo que realmente me sorprendió, inesperado por cierto. En Avellaneda, volví a ver MARGA, por cuestiones que tenían que ver con mi trabajo. Estaba cansado, había pasado toda la noche trabajando y tras haberla reconocido no disfruté el encuentro. No era el momento ni el lugar, era una situación incómoda que bien pude revertirla, pero no hubo caso, lo único que hice fue comportarme como un idiota, haciendo comentarios propios de un dormido.

Quise remediar la falta y le envié una carta a través de un empleado que vivía por Berazategui,…. Nunca más supe de ella.

Este es un homenaje a MARGA, quien compartiera muy poco de mi vida, pero qué lindo y saludable fue. No solamente son recuerdos de juventud, sino recuerdos de buena gente.

¿Porqué ahora?, ¿Porqué después de tantos años doy a la luz este pasaje de mi vida?

Porque me reencontré con un recuerdo de ella, un sublime regalo que lleva su ternura, su sentimiento de aquél entonces hacia mí,…, una oración, un dibujo, una firma y una fecha: "5-10-72". Algo que había olvidado y redescubrí por la gracia de Dios.

Espero de todo corazón, que donde se encuentre, se encuentre bien y feliz. Que Dios la haya protegido y mantenido igual o mejor persona que cuando la conocí.

Marga:

No importa si me recuerdas o no,…, no me importaría tu olvido, porque yo aún te recuerdo y me es suficiente.

Estuve desesperadamente enamorado de vos, con un sentimiento exclusivamente mío, que no quise compartirlo y por el cual sufrí por mucho tiempo. Pero estoy totalmente seguro que si ahora, soy mejor persona es por la hermosa contribución que tu vida puso en la mía.

Hasta siempre querida MARGA.

Estación Berazategui, 30 kilómetros después de La Plata, diciembre de primavera del año de Nuestro Señor 2006.

Pagina Principal-Home Page